jueves, 9 de agosto de 2012

Cuando te une la distancia

¿Qué es esa horrible sensación que se apodera de mí? Quizás el miedo, quizás los nervios o tal vez la añoranza... Continúan pasando los años y creo que ya es hora de parar la broma, seguro que ha escarmentado y ahora está buscándome por todas partes. Pero...¿y si no fuera así? ¿Y si ya tuviera a otra? Intento despejar esas ideas de mi cabeza y centrarme. Sí. Será lo mejor, además le echo mucho de menos. Pero me ha molestado que no me haya escrito ningún mensaje, tampoco he recibido llamadas. ¿Es que no se preocupa por su novia? ¿Acaso le doy igual? No. No puede ser así.
Termino de escribir la hoja de autodespido de mi oficio aquí en Roma y comienzo a hacer las maletas.
Un poco más tarde ya está todo. Busco en Internet billetes de avión a España, mi hogar, y adquiero uno que sale mañana por la mañana.
Recuerdo su aislamiento con el trabajo, ya no me hacía ningún caso, nada era como antes y por eso decidí mudarme a Roma durante unos meses, para ver qué hacía. ¿Me buscaría? ¿O acaso me ignoraría? Lucas y yo éramos una bonita pareja pero llegó un punto en que no lo soporté más.
Han pasado cuatro meses. En Italia he hecho muchas amistades e incluso encontré un buen trabajo, pero prefiero rechazarlo todo y reencontrarme con mi amor. Voy a salir por la puerta y de repente veo un bulto bajo una capa de hojas secas. Cuando las retiro veo un buzón. ¿Cómo no me había dado cuenta en todo este tiempo? Lo abro y salen muchas cartas que caen al suelo, me apresuro a recogerlas todas y veo quién las envía.Lucas. Lucas. Lucas. Y más de Lucas. Otras tantas del mismo chico. Sobres grandes, otros más pequeños. Así que sí que me había escrito... pero no simples sms, sino cartas. Entro de nuevo en mi casa y las voy abriendo todas. Las leo con detenimiento y entonces me pregunto cómo sabe mi dirección y cómo sabe que estoy en Roma. Su explicación se haya presente en la última de las cartas:
"Amor mío, no sabes cuanto te añoro y veo que aún no quieres volver. ¿Por qué no respondes a mis cartas? Por cierto, la próxima vez que te vayas a ir no te dejes apuntada tu dirección en un papel que vayas a dejar en la mesa de la cocina..."
Sonrío y una débil lágrima recorre su mejilla. Tengo que volver, ahora lo sé.
Al día siguiente cojo todas mis maletas y me voy al aeropuerto. Pero antes le llamo y le explico mi despiste, mis razones, y él me pide mil veces perdón y me suplica que regrese.
"Voy de camino, amor. En unas horas estaré en el aeropuerto al que siempre vamos."
Cuando me estoy a punto de ir, cojo una flor, las típicas con las que se piden deseos. La sostengo ante mí y cerrando los ojos, pido que no nos volvamos a separar jamás, que estemos juntos para siempre. Soplo.
Y así fue. Después de todo, la distancia nos había unido más y ese deseo se hizo perfectamente realidad.
Marinaღ

2 comentarios:

  1. Es una pasada, y poniéndole una foto de esas queda aún mejor. ¿Por qué pones palabras en otro color? Esque me ha llamado mucho la atención.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para remarcar las que me parecen importantes.
      Gracias ^ ^

      Eliminar

Mi novela, disponible en Amazon.

Mi novela, disponible en Amazon.
Papel: 7,02 euros. Ebook: 1,57 euros.