sábado, 28 de abril de 2012

La Panda de Nicole: El robo del maletín - Capítulos 11 y 12


11. Cadena de castigos
El día siguiente fue genial y triste. Nada más llegar a los columpios mi panda apenas me dirigía la palabra.
-         Os tengo que contar algo – dije yo.
-         Ya lo sabemos todo – dijo Amanda.
-         ¿Qué?
-         Pues mira, lo hemos hablado y hemos visto que no hay razón para enfadarse contigo, porque todas nuestras madres han sido unas chivotas.
-         No lo entiendo, explicádmelo.
-         Verás – comenzó Zoé – cuando tu madre lo supo llamó a mi madre para contárselo. La mía me castigó sin lo mismo que a ti pero durante 2 meses. Luego mi madre llamó a la de Alice, la suya a la de Amanda y Camille, la suya a la de Brigitte y la madre Brigitte llamó a los padres de Eddie, éstos a los de Mark, los suyos a los de Adam y la madre de Adam a la de Danny. Así que nos hemos quedado todos castigados...
-         Lo siento muchísimo chicos pero en realidad soy yo la que tiene que asumir la culpa, fui yo la que os sugirió empezar con esto y sois tan buenos amigos que quisisteis ayudarme. Luego tuve la idea de falsificarnos los carnés y también os empujé yo a la fiesta. Todo es por mi culpa y lo siento muchísimo - se me escaparon las lágrimas.
-         Tranquila Nicole, quizás todo lo que has dicho sea verdad, pero eso no es malo, ni mucho menos – me animó Zoé – al contrario, como tú has dicho has sido TÚ la que nos has impulsado a hacerlo, la que nos ha dado esperanzas, tú nos has empujado a hacer algo nuevo, a hacer por una pequeña vez una trastada y aún así, si lo piensas, ha sido por ayudar a tu madre.
-         Es verdad Nicole, tú no tienes la culpa. Que nos castiguen todo lo que quieran ¡pero en el insti siempre podremos hablar! – dijo Brigitte.
Toda la panda se fundió en un tierno abrazo de amigos. 

12. Preparados de nuevo
Llegué del instituto y subí a mi cuarto directamente para estudiar.
Repasé naturales, sociales, lengua, inglés… Y cuando por fin terminé me puse a escuchar música, pero por primera vez en mi vida, la música no me animaba. Me sentía aburrida y en mi cabeza resonaba lo mismo continuamente: “Si no te hubieran pillado todo iría perfecto.” Ojalá tuviera una máquina del tiempo para volver atrás y no haberme encontrado con Alissa. De repente algo interrumpió mis pensamientos.
-         ¡Nicole baja a la cocina, tu padre y yo queremos hablar contigo!
Bajé lo más rápido que pude las escaleras, tenía la sensación de que iba a pasar algo bueno.
-         Hola cariño – dijo mi madre.
-         Hola.
-         Mira, los padres de tus amigos y nosotros lo hemos estado hablando y hemos concluido que después de todo, habéis averiguado más que la propia policía y que con deciros que no volvierais a escaparos sin permiso valdría, en vez de haberos castigado tan severamente. Además deberíamos haberos felicitado en vez de regañado.
-         ¿Entonces me levantáis todos los castigos?
-         ¡Pues claro que sí!
-         Gracias, gracias, gracias. ¿También se lo han dicho a los demás?
-         Sí, mañana podréis hablarlo.
-         Y… ¿podremos seguir investigando por nuestra cuenta?
-         Bueno, vale.
-         ¡¡Bieeeeeeen!!
-         Pero con una condición.
-         ¿Cuál?
-         Antes de escaparos por ahí, debéis avisarnos.
-         ¿Y si no nos dejáis?
-         Tranquila, hemos acordado dejaros un poco más de libertad y vamos a confiar en vosotros, ¡pero nada de falsificar carnés! ¿de acuerdo?
-         ¡¡Vale, mil gracias a los dos!!
-         A ti, cariño.
Me subí a mi habitación e hice una multi-llamada ­­­de 10 personas.
-         ¡Hola a todos!
-         Hola Nicole.
-         ¿Os lo han dicho ya, no?
-         ¡Claro que sí!
-         Genial, porque mañana hay que ver en donde investigamos ahora para descubrir al poseedor del maletín.
-         OK. Hasta mañana.
-         ¡Adiós!
-         ¡Chao!
-        
                        *                       *                          *
Nos reunimos en el recreo para una reunión.
¿Por dónde investigaríamos ahora? Supusimos que habría que sonsacarle información a Alissa y como, según nos había informado mi madre, al salir del trabajo se iba a tomar un café al mismo sitio donde iban mi madre y Anna. Así que decidimos ir allí por la tarde. Teníamos un buen plan:
Primero iríamos allí y de “casualidad” nos encontraríamos con ella, pero como hemos supuesto que a mí no me iba a confiar nada más, yo, Mark, Eddie y Zoé iríamos a investigar en otra zona. Pensamos que la otra noche las dos ladronas hubieran dejado algún rastro por el parque, quizás otro papel, una nota, huellas…  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Mi novela, disponible en Amazon.

Mi novela, disponible en Amazon.
Papel: 7,02 euros. Ebook: 1,57 euros.